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  No podemos hablar de fracaso de la Educación Sociocultural y la Pedagogía Social, como algunos pueden estar
 
 
 
 
  pensando y afirmando. Tampoco de un éxito de populismos acríticos fruto de lecturas excesivamente estereo-
 
 
 
 
  tipadas de la realidad difundidas por los medios de comunicación al servicio de intereses económicos e ideo-
 
 
 
 
  lógicos. Si bién en los últimos tiempos estamos viendo el resurgir de planteamientos y actitudes xenófobas, 
 
 
 
 
  excluyentes y totalitarias que están adquiriendo tintes de irracionalidad y retroceso en las dinámicas socio-
 
 
 
 
  culturales de alteridad, solidaridad y convivencialidad, sigue siendo una realidad que solo mediante acciones
 
 
 
 
  educativas y culturales que cultiven el diálogo intercultural, la alteridad, las lecturas no estereotipadas de la
 
 
 
 
  realidad social, la solidaridad y una económia más justa y sostenible, es como el mundo en que vivimos puede
 
 
 
 
  ser más habitable, menos violento y más convivencial. Un mundo y una sociedad en el que la autonomía, la 
 
 
 
 
  ausencia de explotación y la dignidad de la persona sean los pilares de las narrativas de la convivencia
 
 
 
 
  social.
 
 
 
 
  En un momento en el que vivimos un rebrote de intolerancias, exclusiones y narrativas de violencia que se van
 
 
 
 
  abriendo camino en el imaginario colectivo y en modelos no democráticos de organización social, la educación
 
 
 
 
  sociocultural tiene más vigencia que nunca.
 
 
 
 
  La situación política y las tensiones sociales que se están produciendo tanto en América Latina como en Europa
 
 
 
 
  visibilizan actitudes y acciones que fragmentan la sociedad, justifican las desigualdades, cuestionan la 
 
 
 
 
  dialogicidad y cuestionan la dignidad humana.
 
 
 
 
  Ante esta realidad la acción de educadoras y educadores sociales tanto desde los planteamientos convergentes
 
 
 
 
  de la animación sociocultural como de la recreación o la educación popular no puede limitarse a acciones 
 
 
 
 
  asistenciales y compensatorias ni a ofrecerse como tecnología para la cohesión social. 
 
 
 
 
  La Educación Sociocultural en cuanto acción social y educativa que promueve el crecimiento, la autonomía y
 
 
 
 
  la dignidad humana promoviendo la convivencialidad y la gestión ciudadana de la cultura y la conciencia crítica
 
 
 
 
  es la respuesta que tanto la Educación Social, la Recreación, la Educación Popular o la Animación Sociocultural
 
 
 
 
  aportan a las comunidades humanas para la gestión de prácticas dialógicas, inclusivas y convivenciales.
 
 
 
 
  En este sentido adquieren un valor añadido tanto la dialogicidad como la pedagogía crítica como fórmula de 
 
 
 
 
  futuro para el desarrollo cultural, la sensibilidad y la educación ciudadana.
 
 
 
 
  Se hace cada vez más necesario actualizar aportaciones como la dialogicidad y la problematización de la 
 
 
 
 
  realidad de Paulo Freire, la educogenia y la gestión de espacios educativos que plantea Pierre Furter o
 
 
 
 
  la convivencialidad y la dignidad humana ante la máquina y a tecnología que plantea Ivan Illich.
 
 
 
 
  Estos planteamientos quedan apuntados en el presente número en cuanto nos habla de la educación indígena, 
 
 
 
 
  de la educación y la reforma agraria, de la Educación Popular, del método de proyectos, de la tecnología, 
 
 
 
 
  de la educación integral o de lo que pasa por la cabeza de educadoras y educadores socioculturales.
 
 
 
 
  Con este número 29 nuestra revista cumple quince años de vida. Una trayectoría histórica que se ha 
 
 
 
 
  caracterizado por la apertura a América latina y al mundo lusófono y que en este número se hace 
 
 
 
 
  especialmente presente con las aportaciones de las compañeras y compañeros brasileños que nos aportan
 
 
 
 
  una visión amplia y precisa de lo que está pasando en este país. Fruto de la presencia de algunos de los
 
 
 
 
  colaboradores de nuestra revista en el pasado Eduso Paraná celebrado el pasado mes de agosto en 
 
 
 
 
  Guarapuava bajo el auspicio de la Universidad UNICENTRO y que se hacen presentes en este momento
 
 
 
 
  histórico tan crucial para la Pedagogía y la Educación Social en este país hermano de América del Sur.
 
 
  Mario Viché
  Enero de 2019