La Educación sociocultural en tanto práctica educativa de la solidaridad y la justicia distributiva se manifiesta en la consolidació de redes de solidaridad. No estamos solos. No somos islas en el oceano de una sociedad competitiva, individualista y mercantilizada. Educadoras y educadores socioculturales trabajamos de forma colaborativa, no solo por que así optimizamos nuestra praxis, sino fudamentalmente porque trabajamos en comunicación dialógica con colectivos de mujeres y hombres que desde la alteridad buscan encontrar su propio espacio vital a través de la creación de identidades compartidas, el empoderamiento ciudadano y la salvaguarda de la dignidad individual. Trabajamos tejiendo redes por el empoderamiento, la visibilidad y la dignidad de colectivos sociales cada vez más interconectados. Es en este sentido que durante los últimos meses hemos visto como redes de cooperación en el ámbito de la acción sociocultural y educativa han ido consolidando sus acciones y han realizado encuentros significativos. Entidades como la SIPS (Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social), APDASC (Asociación para el Desarrollo de la Animación Sociocultural en Portugal), el CASC_CAT (Coordinadora catalana de Animación Sociocultural) o la RIA (Red Internacional de la Animación) han consolidado sus redes a partir de sus recientes encuentros en Sevilla, Setubal, Tortosa o Argel. Del mismo modo la reciente creación del Nodo Español (ANRIE_ASC) de la Red Iberomericana de la Animación ha supuesto un impulso importante en el lanzamiento de su próximo Congreso a celebrar en la ciudad española de Cuenca el octubre próximo. Desde la perspectiva de nuestra revista la puesta en marcha de un nuevo equipo asesor ha de suponer un nuevo impulso colaborativo para el establecimiento de nuevas redes de cooperación e intercambio tanto en el contexto iberoamericano como en el europeo. Por el momento en este número, fruto del trabajo de este consejo, aportamos algunas pequeñas novedades, la creación de una nueva sección de empleo o la transformación de la sección multimedia en una edición transmedia, son algunas de las iniciativas que han de hacer evolucionar este proyecto editorial hacía una mayor definción y compromiso social y ciudadano. Agradecer una vez más el trabajo de nuestros colaboradores y evaluadores externos y en especial a las autoras y autores que con su contribución han dado cuerpo a este número. A Alba Calderón que nos habla de la educación, el arte y la política, Rui Fonte, Albino Luís Nunes Viveiros o Antonio Alcántara que nos ayudan a comprender las interjecciones entre la animación sociocultural, el arte social y el patrimonio, María José Flores Tena que nos acerca al mundo de los centros de personas mayores, José Orta que nos introduce en el lenguaje del cante Alentejano, Marcos Pla que nos visibiliza la necesidad de una comunicación solidaria de mujeres y hombres con el Planeta Tierra, Ramiro González Gainza que nos aporta una impactante reflexión sobre el mundo de la marginación urbana y nuestras ya habituales colaboradoras Pilar Martínez Agut y A. Castillo-Zamora que nos analizan perfiles y competencias profesionales al tiempo que nos introducen en el mundo de la inclusión de los paralíticos cerebrales por medio del deporte de la boccia. Entre todas y todos ellos vamos, poco a poco, construyendo redes de empatia y complicidad que conforman, de una manera colaborativa, nuestra identidad y nuestra narrativa en este mundo complejo de la acción sociocultural y ciudadana.                                                                                     Mario Viché                                                                                     Enero de 2018