© Lorem ipsum dolor sit Nulla in mollit pariatur in, est ut dolor eu eiusmod lorem 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  Mario Viché
  Julio de 2019
 
 
 
 
 
  Cada vez se hace más necesaria la superación de las representaciones funcionalistas que distinguen 
  entre una educación formal y una educación no formal. No es posible ya pensar en una educación
  que responda al Bienestar individual y a la construcción de redes solidarias e inclusivas de convivencia
  comunitaria sin pensar en una educación holística que parte de la persona, de sus inquietudes, anhelos
  y autonomía, y que se concreta en un entramado de redes dialógicas de interactividad y acción social
  colaborativa.
  Estamos por una Educación Sociocultural que entienda que la Educación es una dinámica individual
  de crecimiento autónomo que solo es posible en interactividad con las otras personas y con el 
  entorno sociocultural.
  Una Educación Sociocultural crítica es una educación que, superando las barreras entre el sistema 
  educativo y una educación no formal que lo complementa o que suple, de manera compensatoría, 
  sus carencias y debilidades, opta por una Educación contextualizada en espacios y redes de
  dialogicidad y acción cooperativa. Una Educación popular que asume los postulados y experiencia
  tanto de la animación sociocultural como de la recreación, la educación en el tiempo libre o la
  educación comunitaria para acompañar procesos socioeducativos que se desarrollan en cualquier
  espacio y en cualquier momento, fruto de la experimentación, el encuentro personal, la interactividad
  dialógica y la acción colaborativa.
  Es por ello que, una vez más, insistimos en la necesidad de recuperar y actualizar las aportaciones 
  de la Educogenía (Pierre Furter), la Convivencialidad (Ivan Illich) y la Dialogicidad (Paulo Freire)
  en tanto que las personas educadoras socioculturales trabajamos desde espacios, vivenciados o
  virtuales, ricos en estímulos para la experimentación, el encuentro, la toma de conciencia y la
  transfomación de narrativas vitales. Trabajamos por la gestión de unas comunidades humanas 
  en las que el desarrollo y la tecnología se pongan al servicio de la construcción de redes inclusivas
  de solidaridad y sostenibilidad y, en este sentido, el diálogo y la construcción colectiva de visiones
  críticas y no estereotipadas de la realidad se convierte en estrategía de análisis, creación de 
  representaciones sociales solidarias y toma de decisión liberadora.
  Es por ello que, desde estas líneas, optamos por el crecimiento personal y autónomo como
  dinámica socioeducativa, por el bienestar subjetivo como objetivo final de esta dinámica de 
  crecimiento, por el acompañamiento como dinámica de la acción de educadoras y educadores 
  socioculturales y por la gestión ciudadana de la cultura como fórmula para la consolidación y
  desarrollo de las comunidades humanas.
  En este sentido queremos agradecer las aportaciones de las autoras y autores del presente 
  número que, al aportar su investigación, reflexiones y experiencia, de una forma colaborativa
  contribuyen al desarrollo del discurso de la Educación Sociocultural, desde sus diferentes
  conceptualizaciones, al intercambio de discursos y experiencias y, en definitiva, a la creación
  de redes de cooperación e interactivdad. A todas y todos ellos nuestro agradecimiento.